En el episodio de hoy te cuento qué significa realmente ser data-driven y por qué la mayoría de las empresas fracasan en el intento de implementar una estrategia de datos efectiva.
Todas las empresas hablan de convertirse en data-driven, pero la realidad es demoledora: según el informe de NewVantage Partners de 2024, aunque más del 90% de las organizaciones están aumentando su inversión en datos e Inteligencia Artificial, solo el 23.9% ha conseguido crear una cultura del dato en su organización.
Uno de cada cuatro.
Y es que el gran fracaso de los proyectos de datos es montar un tinglado técnico de dimensiones estratosféricas para entregar un dashboard que luego nadie consulta o entrenar un modelo de machine learning que no se utiliza.
O peor aún: que después de todo ese esfuerzo de ingeniería y análisis de datos, el usuario final acabe preguntando cómo descargar los datos del dashboard en un Excel.
Una organización data-driven es aquella que utiliza los datos como un activo estratégico de la empresa.
Esto significa analizar los datos que toda organización produce y combinarlos con el sentido común y experiencia de las personas encargadas de tomar decisiones para mejorarlas.
Con mejores decisiones, las empresas consiguen:
Lo de usar datos no es nuevo.
Los negocios siempre han generado datos: ventas, facturación, gastos. Lo que ha cambiado es la aplicación:
Pero tener una Excel calculando alguna métrica no es ser data-driven.
Desde los inicios de todo lo data-driven existió (y todavía está presente) la idea errónea de que la creación de valor con datos es un desafío puramente técnico.
Como si con solo introducir la plataforma correcta y proporcionar la formación requerida, la organización pudiera usar los datos de manera efectiva.
Y no.
Las plataformas tecnológicas existen desde hace tiempo, han madurado y están listas para usar.
Entonces, ¿por qué fallan tantos proyectos de Big Data y analítica?
Porque ser data-driven no es un proyecto de tecnología.
Es una transformación cultural y estratégica.
Una estrategia data-driven no es algo que pegamos encima de la estrategia de negocio.
La estrategia de datos tiene que servir a la estrategia de negocio.
Una estrategia es un conjunto de decisiones que nos permiten ganar el juego.
En el caso de una estrategia de negocio, el objetivo es ganar más dinero, superar a los competidores.
Ninguna empresa tiene como objetivo sobrevivir.
El objetivo explícito es alcanzar el éxito competitivo, porque si solo jugara a sobrevivir, correría el riesgo de que llegue un competidor que sí juega para ganar.
Cualquier iniciativa de datos debe nacer de una "necesidad de negocio" clara, no al revés.
No se adoptan tecnologías de datos por moda o FOMO, sino porque son necesarias para que la empresa gane.
Cuando la empresa define "Cómo va a Ganar" en su estrategia de negocio, se da cuenta de que para lograrlo necesita una capacidad superior en el uso de datos.
Por lo tanto, lo añade como un pilar fundamental de su estrategia para vencer a la competencia.
En lugar de decir genéricamente "Necesitamos mejorar nuestra capacidad en el uso de datos", una empresa de retail de moda podría plantear:
Estrategia de negocio: "Ganaremos siendo los más rápidos en detectar y responder a las microtendencias de la moda y poniendo los productos en las tiendas antes que nadie."
Capacidad de datos necesaria: "Un motor de análisis que rastrea y procesa datos de redes sociales, blogs de moda y ventas en tiempo real para identificar patrones emergentes y enviar alertas automáticas a nuestros equipos de diseño y producción."
¿Ves la diferencia?
No es el uso de datos e IA por FOMO.
Tiene un sentido estratégico conectado directamente con cómo esa empresa va a ganar frente a sus competidores.

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Para que una estrategia data-driven funcione de verdad, necesitamos trabajar en tres pilares fundamentales que van mucho más allá de comprar software:
No basta con tener datos.
Hay que crear una cultura donde las personas confíen en los datos, los entiendan y los usen realmente para tomar decisiones.
Esto significa cambiar mentalidades.
El director de marketing no puede seguir tomando decisiones únicamente basándose en su intuición de treinta años, ignorando lo que dicen los datos.
Pero tampoco significa que el data scientist pueda imponer un modelo predictivo sin entender el contexto del negocio.
Es un equilibrio entre análisis y experiencia.
Y no es tan fácil como imponerla desde arriba con un email. Se construye con ejemplos, con victorias pequeñas y demostrando valor una y otra vez.
Los datos no pueden ser el coto privado del departamento de IT o del equipo de datos.
Tienen que estar accesibles para todas las personas que los necesiten, cuando los necesiten y en un formato que puedan entender.
Esto no significa darle acceso a la base de datos raw a todo el mundo. Significa diferentes niveles de acceso según las necesidades.
Esto implica:
De nuevo, se trata de encontrar el equilibrio entre accesibilidad y control, entre empoderar a la gente y mantener la calidad y seguridad de los datos.
Los proyectos de datos no pueden vivir en una burbuja tecnológica. Tienen que estar completamente alineados con los objetivos estratégicos del negocio.
Esto significa varias cosas concretas:
El equipo de datos tiene que hablar el idioma del negocio, no solo el de la tecnología.
❌ "Vamos a implementar un pipeline de ETL en Spark"
✅ "Vamos a conseguir que tengáis datos actualizados de vuestros clientes cada hora en lugar de cada semana, para que podáis reaccionar más rápido"
Alguien que se juegue algo con ese proyecto. Que tenga un objetivo concreto que cumplir. Porque si el proyecto solo le importa al equipo de datos, probablemente no debería existir.
Las métricas de éxito tienen que ser métricas de negocio:
❌ "Hemos reducido el tiempo de procesamiento en un 40%"
✅ "Gracias a procesar más rápido, el equipo comercial puede contactar a leads calientes en menos de una hora, y eso ha aumentado la conversión un 15%"
¿Ves la diferencia? Todo conecta con el impacto real en el negocio.
Ser data-driven no es implementar tecnología. Es cambiar la forma en que una organización piensa, decide y actúa.
Es alinear completamente la estrategia de datos con la estrategia de negocio y ponerla a su servicio, no como un proyecto aparte, sino como una parte fundamental del éxito competitivo.
Porque al final, de eso se trata: de tomar mejores decisiones para ganar.
Y con mejores decisiones, viene todo lo demás: más ingresos, menos costes, mejor experiencia de cliente, mayor agilidad competitiva.
Así que si estás embarcado en una transformación de este tipo, asegúrate de que no estás solo comprando software. Asegúrate de que estás transformando la forma en que tu organización compite y gana.
Espero que te guste el episodio.
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Muchas gracias por estar ahí y te espero en el próximo episodio de Un Podcast Ninja sobre Big Data.