En este capítulo hablamos de arquitectura de datos: qué beneficios aporta, cómo se diseña y cómo medir si está funcionando.
Una arquitectura bien planteada mejora el gobierno del dato, la calidad, la accesibilidad, la seguridad y el cumplimiento normativo.
Para construirla, partimos del estado actual del ecosistema de datos, definimos un diseño objetivo alineado con la estrategia del negocio y establecemos estándares claros para su evolución.
También veremos cómo distribuir los datos, quién accede a qué, y qué métricas nos permiten evaluar si la arquitectura está realmente ayudando a tomar mejores decisiones y optimizar recursos.